viernes, 6 de noviembre de 2015

Escritores en potencia de 1º ESO

Hoy, aparte de publicar los ganadores del I Concurso de Historias de miedo de Halloween, quiero compartir con todos vosotros el trabajo de mis compis de 1º de ESO. 
Se trata de la descripción de un paisaje para el que han empleado bellas palabras. Todos hacen la descripción de la misma imagen (esta que veis abajo). Es interesante cómo cada uno tiene una visión del paisaje y mezclan sentimientos y sentidos. Fijaos...


Entre las ondas frías del río veo una vela blanca. Ese mismo río de aguas turbias de sabor dulce y muy caudaloso era el que daba comienzo al pueblo con unos árboles y matorrales verdes y grandes. Detrás se pueden ver muchas casas blancas con tejados rojos. 
También, se observa una iglesia amarilla y blanca con dos campanas y varias ventanas. Arriba, en el campanario hay unos tejados en forma de punta de color azul.
Ya, detrás del pueblo vemos una montaña muy frondosa y un cielo triste y gris como ceniza en el cielo.
Diego García Gay

Entre las ondas frías del río veo una vela blanca discurriendo por las aguas. Al mirar al frente me encuentro un pequeño pueblo cobijado entre grandes árboles, en el que sobresalen dos grandes torres que parecen vigilar y proteger el pueblo. También pueden servir de guía de los marineros que se acercan a la orilla.
Veo pequeñas casas que parecen escondidas tras los pies de las montañas, con unos tejados que parecen dar color y encanto.
A lo lejos se huele la fragancia de los diferentes árboles que parecen corazones, como si quisieran ser adornados con luces de colores.
Sara Águila Lara

Entre las ondas frías del río veo una vela blanca. En la orilla matorrales verdes con un paseo de piedra.
Al fondo se ven tejados, unos naranjas, otros rojos... pero entre ellos destacan dos torres gemelas de color amarillo y picos verdes.
Entre casa y casa una mancha verde como el bosque del fondo que me transmite paz con su aroma y su canto de pájaros.
Jesús Medina Peragón 

Entre las ondas frías del río veo una vela blanca entre la que se ve unos matorrales grandes y hermosos; dos torres gemelas y tejados de varias casas.
Por encima del paisaje el cielo se ve azul y despejado; es un espectáculo impresionante para la vista por su gran colorido. Al contemplarlo me invade un sentimiento de tranquilidad y calma.

Juan Antonio Anguita Ramírez


Entre las ondas frías del río veo una vela blanca; tan blanca como una nube en el cielo. En ella hay un hombre. Detrás vemos unos arbustos tan grandes como una montaña y sus hojas parecen de gominola.
Tras estos arbustos se ve el pueblo que nos sonríe alegremente. En él hay muchas casas, blancas casi todas, y tejados rojos como la sangre. El suelo es verde como el campo. 
Entre las casas hay dos torres de una iglesia amarilla como la luz del sol y un tejado verde y puntiagudo como un alfiler. Estas torres tienen unas ventanas bonitas, al parecer antiguas.
Finalmente, tras el pueblo, se encuentra la montaña. El cielo está gris ese día como el agua del mar y no hay nubes ni pájaros revoloteando en él.

Jesús Medina Águila

Entre las ondas frías del río veo una vela blanca surcar un inmenso cielo azul, limpio de nubes, con algunos pájaros volando por él. 
En la orilla del río un gran arbusto vive tranquilo respirando el aire limpio de este pueblo verdoso y alegre.
Al lado del pueblo que está junto al bonito río se pueden ver casas blancas con tejados rojos como las cerezas y otros como fresas. 
En el centro se encuentra el centro histórico con paredes de sabor a plátano y nata. entre las casas pueden verse hermosos pinos cuidados, altos, verdes y con su olor a menta se tambalean bailando junto al viento.
Ya a lo lejos no hay casas; hay una enorme montaña ocultada por los árboles, que juegan con sus ramas revoltosas libremente, haciendo que todo el paisaje se muestre más bonito.

Pilar Mozas Aguilera



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